martes

LA LLUVIA


Llovía,
tus manos heladas buscaron mis manos,
llovía,
nos interrumpía aquel tipo extraño,
llovía,
la lluvia mojaba tu cara, tus labios,
llovía,
te amaba en silencio ¡y te amaba tanto!

Llovía,
por qué ese cielo lloraba despacio
si había
motivos de risas y nunca de llantos,
sabía
que tú me querías y el estarte amando
ponía
la luz en mi vida, el Sol en lo alto.

Podía
estar todo el día tu boca besando,
podía
estar todo el día tu cuerpo abrazando,
tenía
todo el Universo metido en mis brazos,
llovía,
te amaba en silencio ¡y te amaba tanto!

que huían
de mí los pesares, de mí los fracasos,
salían
de pronto a buscarme bandadas de pájaros,
llovía,
tu alma y mi alma se estaban besando
y oían
tan solo al amor y no a aquel extraño.

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